Las redes sociales han dado en el tiempo una transformación radical pasando de una herramienta personal hasta convertirse en estrategias comerciales y comunicacionales para pequeñas, medianas y grandes empresas.

Los usuarios han evolucionado dejando de ser simples visitantes a convertirse en potenciales clientes de las marcas. Las aplicaciones móviles, entre ellas, las redes sociales han permitido que desde el móvil el cliente pueda sentirse satisfecho de seguir, interactuar y comprar sus necesidades sin grandes esfuerzos, desarrollando así una actividad empresarial que demanda comunicación y aprecio por la marca.

Si bien es poco el tiempo que tiene esta nueva “herramienta empresarial” dentro de las estrategias comerciales, establecer una planificación estratégica debe tomarse como asunto bastante serio. Aunque las redes sociales tienden a ser vitrinas “low cost,  sus acciones bien empleadas, definiendo eficazmente un target y seleccionando los canales más adecuados permiten a las marcas crecer a grandes pasos y con más alcance del esperado.

 

¿Cómo saber que una estrategia en redes sociales funcionara? ¡Hay que conocer a nuestro target! Mientras más precisos, coherentes y estrategas seamos con respecto a nuestro público: sus gustos, inquietudes, actitudes, preferencias… podremos descubrir cómo y por donde impactarlos.

Hasta hace algunos meses atrás, Facebook contaba con más de 2.000 millones de usuarios activos, Instagram más de 800 millones de usuarios mensuales, WhatsApp 1.250 millones de usuarios en línea. Claro, que todo ha sido impulsado por la era tecnológica que vivimos, la cual ha permitido el desarrollo, ampliación y perduración de estas redes en nuestro día a día.

 

 

Ahora bien, hablemos de llevar toda esta información a nuestras PYMES. ¿Nos beneficia? Con una estrategia planificada en base a nuestros objetivos, por supuesto que sí.

Hoy por hoy, al menos figurar en una red social nos permitirá generar  cierto lazo de “confianza” con nuestro potencial cliente.

Pero todo va mucho más allá: 1. Fortalecemos vínculos (con respecto a la confiablidad que mencionábamos anteriormente); nuestros clientes buscan ser partícipes de nuestras empresa, hagámoslos parte de ella. 2. Mantenemos comunicación bidireccional, aprendemos a escucharlos, interpretarlos y a comunicarnos con ellos. 3. Conocemos mejor sus necesidades, y es que bien en este proceso de interacción comenzamos a saber que desean, ellos comunican, nosotros escuchamos. 4. El tan aclamado posicionamiento, logramos que nos reconozcan a través de una gráfica, un texto o un concepto. 5. Lo que nos conlleva a ¡Diferenciarnos!, ya saben cómo somos. 6. Generamos valor de marca. Difundimos a través de nuestras redes sociales nuestros valores, identificando no solo a la marca, sino a ellos, a nuestros clientes y ellos lo comparten. 6. “Low cost”, no por ello menos importante que las demás estrategias.  Las estrategias de marketing son adaptables a escenarios y presupuestos sin dejar de ser óptimas. Como mencionamos anteriormente, siendo estratégicamente planificadas.

Toda esta información nos lleva a un cierre total: humanizarnos. Y aunque parezca contradictorio es así, necesitamos de las redes sociales para sentirnos más cerca de nuestros público y viceversa. Los usuarios logran conectar con una empresa que transmite, comunica, interactúa y reacciona a lo que ellos piden y desean. No dejes de intentarlo, son pequeñas acciones que generan grandes pasos.

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